Maria Luisa es consultora, formadora, coach y conferenciante empresarial basada en la neurociencia. Se centra en el liderazgo, la seguridad psicológica y la inclusión, la resiliencia, el cambio y la creación de equipos creativos. También es autora y pensadora visual. Entre sus clientes se cuentan empresas globales de los sectores de la automoción, la sanidad o las TI.
En el dinámico mundo de los negocios, el liderazgo eficaz es un factor clave que puede impulsar a las organizaciones a nuevas cotas. Al recordar los inicios de mi carrera profesional, tuve el privilegio de trabajar con un líder extraordinario que desafiaba las normas tradicionales. A pesar de carecer de un título universitario, destacaba por su excepcional productividad, iniciativa e inteligencia, creando un ambiente de equipo positivo y agradable incluso en tiempos difíciles. Esta experiencia me enseñó el profundo impacto de un buen liderazgo y cómo puede hacer que las personas se sientan valoradas, capacitadas y motivadas para alcanzar la grandeza.
El viejo debate de si los líderes nacen o se hacen sigue intrigando a muchos. «Liderazgo excepcional», una obra fundamental de James Kouzes y Barry Posner, arroja luz sobre cinco prácticas que ejemplifican un liderazgo excepcional. Estas prácticas incluyen «Modelar el camino», «Animar a los demás», «Permitir que los demás actúen», «Inspirar una visión compartida» y «Desafiar el proceso». Kouzes y Posner sostienen que el liderazgo es una habilidad que puede cultivarse mediante la práctica, la experiencia y la mejora continua. Aunque algunos crean que el liderazgo es un rasgo innato reservado a unos pocos elegidos, la verdad reside en el poder del aprendizaje deliberado y el compromiso de crecer como líder.
Así pues, analicemos la cuestión: ¿Puede aprenderse el liderazgo o es un talento innato? Y si el liderazgo puede adquirirse, ¿cómo pueden los aspirantes a líderes desarrollar sus habilidades y convertirse en líderes excepcionales?
Las 5 prácticas del liderazgo excepcional
«Modelar el camino» es la primera práctica del liderazgo excepcional. Los líderes excepcionales entienden que sus acciones hablan más que sus palabras. Predican con el ejemplo, demostrando integridad, coherencia y un compromiso inquebrantable con sus valores. Al vivir sus valores con autenticidad, los líderes se ganan la confianza y el respeto de los miembros de su equipo. A través de la transparencia y el comportamiento genuino, construyen una cultura de confianza e inspiran a otros a seguir sus pasos.
La segunda práctica del liderazgo excepcional es «Animar el corazón». Los líderes excepcionales comprenden la importancia de reconocer y celebrar los éxitos, tanto los grandes como los pequeños. Al reconocer los esfuerzos y logros de los miembros de su equipo, los líderes crean un sentimiento de aprecio y pertenencia. Celebrar los logros fomenta un ambiente de trabajo positivo y refuerza el compromiso del equipo con los objetivos comunes. Los líderes que animan al corazón elevan la moral del equipo, mejoran la satisfacción laboral y crean una cultura de positividad y motivación.
«Permitir que los demás actúen» es la tercera práctica del liderazgo excepcional. Los líderes excepcionales capacitan a los miembros de su equipo fomentando un entorno de confianza y apoyo. Ofrecen oportunidades de crecimiento y desarrollo, fomentando el talento dentro de la organización. Al dotar a sus equipos de los recursos y la autoridad necesarios, los líderes crean un sentido de propiedad y responsabilidad. Esta práctica cultiva una cultura de colaboración y trabajo en equipo, en la que cada individuo se siente valorado y capaz de aportar lo mejor de sí mismo.
La cuarta práctica del liderazgo excepcional es «Inspirar una visión compartida». Los líderes excepcionales articulan una visión convincente del futuro que inspira y motiva a los miembros de su equipo. Al comunicar una visión clara y cautivadora, los líderes unen a sus equipos en un propósito común. Una visión compartida crea un sentido de dirección y propósito que impulsa a todos hacia el éxito colectivo. Los líderes que inspiran una visión compartida fomentan una cultura de colaboración, innovación y compromiso con la misión de la organización.
La quinta práctica del liderazgo excepcional es «Desafiar el proceso». Los líderes excepcionales entienden que el progreso y el crecimiento vienen de desafiar el status quo. Animan a sus equipos a explorar nuevas posibilidades y a asumir riesgos calculados. Al promover una cultura de innovación y mejora continua, los líderes allanan el camino para el cambio positivo y el éxito. Los líderes que desafían el proceso inspiran creatividad y resistencia en sus equipos, haciendo avanzar a la organización en un panorama empresarial en constante cambio.
Conclusión
El liderazgo excepcional no es un rasgo elusivo, sino una poderosa habilidad que puede perfeccionarse y cultivarse mediante la práctica, la dedicación y el compromiso con el crecimiento. Al adoptar las cinco prácticas de «Modelar el camino», «Animar el corazón», «Permitir que otros actúen», «Inspirar una visión compartida» y «Desafiar el proceso», los aspirantes a líderes pueden liberar todo su potencial y tener un impacto duradero en sus equipos y organizaciones.